domingo, 28 de junio de 2015

PÀLMACES: La Clásica del Don del Triatlón (Pablo Pasamar)


Empezando desde el final,...

Casi medio Kilo de Spaguettis con salsa de tomate en 15 jugosos minutos.

7 horas y pico para más de 230 km.

Hoy tocaba la clásica: Pálmaces.

El anfitrión y... la anfitriona, esperan impacientes en ese pueblo seco de Guadalajara a orillas de un pantano de aguas límpias y tranquilas.

Son las 10:00 Am.

Espinosa de Henares hace eco en nuestras nucas mientras el Don, en cabra victoriosa, nos recoge repecho arriba.

Prácticamente muertos tras el largo camino desde la Plaza de Cervantes, las enhorabuenas por el triunfo en el triatlón de Pareja resuenan en el grupo.

Uno tras otro, los kilómetros caen como piedras sobre las piernas.

El calor no perdona y la sed mata hasta al escorpión del desierto.

El pantano se ve como un Oasis.

Chapuzón para el recuerdo, largos de agua dulce por calles imaginarias sin corcheras y carreras entre piedras y fondos obscuros.

En este Feudo de Cristianos hay una iglesia, algunas gentes y una posada.

Posadero y posadera, Anfitrión y Anfitriona, el Don y la dulca Doña.

Bocadillos, Cerveza con limón, Porrón, ...

Hay Dios,...

que me quedo aquí,...

que no quiero volver, ...

que escriban allá:

  • que estoy bien,
  • que quiero seguir Sandiando y Rojeando entre estos nobles caballleros de las dos ruedas.

No hay manera.

Su particular forma de montar, apoyando a los demás, provoca, en propias carnes, las maldiciones de los más negros espíritus de este terrible deporte.

Socu sufre.

Los repechos se suceden implacables hasta dónde el humo de jaspea guerra.

Las heridas impiden seguir adelante.

Una fuente en el camino con un Cartel de: Aguas no Vigiladas, te hace dudar,...

¿qué coño querrá decir eso de Aguas no Vigiladas? ¿Habrá un guarda por aquí con una Escopeta de Cartuchos de Sal?

Allí bebemos como caballos.

A litros que se derrama el líquido elemento entre las orejas y revierte hasta los tobillos

Regero de frescura.

Dura tan poco como lo que tardamos en salir del pueblo y llegar a la primera glorieta, sólos y con el gaznate seco como el ardiente asfalto.

Y si los pensamientos no están escritos, bien juraría que los leyeron en alguna parte los que nos trajeron sin pedirlo unas latas de bebida en la espera.

Qué grande me hace sentir ver a toda este grupeta unida, dando relevos, cuidándo el uno del otro,... todos a una.

Por fin,... Alovera,... parada en otra de las Abadías del camino, su ilustrísima, manguera en mano nos baña y provee de água hasta quedar saciados.

40 y tantos grados azotan el suelo desde el cielo.

La carretera, a la vista, vibra por el efecto del calor.

Las chicaharras gritan alocadas.

Llevo manguitos y perneras marrones, maillot y culotte blancos.

¿Quién dijo rojo, amarillo y negro?

Al igual que en Los Alpes las diferencia de presión desde la base a la cúspide hacen reventar los radios, en estas llanuras Alcalainas las altas temperaturas reblandecen las cubiertas hasta dejarlas como el chicle.

Pinchazo antes de entrar en Alcalá y retorno de estos grandes con despedida atemporal.

-x-

Y acabando por donde empecé:

Es duro madrugar,...

Salir a rodar a las 06:38 de la mañana es como pintar el retablo costumbrista de las mil y una imágenes.

Formada de fogonazos de retina que te enseñan al:

borracho moribundo,
al currante apesumbrado,
a las putas de tacones y minifaldas entrando en el burger,
a los jóvenes vestidos de largo tras la fiesta de los novios,
a las pipas del suelo,
a la imperial cigüeña en lo alto de la Magistral,...

Y con un atemporal: - Hasta la próxima.
 
Me despido.


JC, V'15

PD: Dedicada a todos los que sufren en secreto silencio y luchan, en incesante batalla, por salir adelante.